Su objetivo es transformar inmuebles en desuso en soluciones habitacionales y espacios de trabajo flexibles
La holandesa Monoma desembarca en España. Esta compañía, especializada en dar una nueva vida a todo tipo de edificios en desuso, ya está presente en ocho países europeos y llega al mercado doméstico con el objetivo de impulsar las reconversiones de inmuebles vacíos en viviendas de alquiler asequible y espacios de trabajo flexibles a través de las fórmulas ‘coliving’ y ‘coworking’.
Monoma pertenece al grupo de servicios inmobiliarios Mosaic World, empezó a operar en Países Bajos en la década de los 90 y también está presente en Alemania, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Irlanda y Reino Unido. Ya ha desarrollado proyectos en 1.000 ciudades europeas y ahora pone el foco en el mercado español con la apertura de su primera oficina, ubicada en el Paseo de Recoletos de Madrid.
En España la idea es aprovechar la cantidad de activos inmobiliarios vacíos que hay, así como dar una respuesta a la falta de viviendas y de espacios de trabajo asequibles, y evitar que esos inmuebles en desuso puedan ser okupados o sufrir vandalismo. Además, también se reduce el coste económico que supone para un propietario tener un edificio vacío y el posible daño reputacional
Sole Fernández Díaz, Responsable de desarrollo de negocio de Monoma en EspañaFernández, señala que cualquier edificio puede ser objeto de una reconversión y una transformación, desde unas oficinas, hasta sucursales bancarias, hoteles, hospitales, almacenes, residencias de mayores o edificios gubernamentales. De hecho, su negocio se dirige tanto a Administraciones Públicas como a propietarios privados, incluyendo fondos de inversión, empresas o particulares.
En Irlanda, por ejemplo, están trabajando con la Iglesia para buscar soluciones habitacionales, mientras que en Países Bajos han hecho proyectos para varios ayuntamientos y han dado un nuevo uso a activos como una estación de policía o una antigua planta de electricidad. En Francia, en cambio, han instalado pequeños espacios para artesanos en tiendas vacías en un centro comercial, mientras que en Dinamarca han transformado un hotel y un centro de conferencias en oficinas y un conjunto de espacios para estudiantes. La compañía estima que ya ha proporcionado espacios asequibles a 100.000 personas en los países europeos donde está presente.
En el caso de España, Monoma ya está analizando dos proyectos en Madrid y Alicante, tanto con propietarios privados como con el sector público, con el objetivo de que sean una realidad en lo que queda de año.
La compañía holandesa se encarga de analizar los inmuebles para buscar el mejor uso, de los trámites para desarrollar la transformación de los espacios y también de gestionar su posterior alquiler. La compañía, al igual que en el resto de sus mercados, está abierta a coinvertir junto con los propietarios, en función del proyecto y de la potencial rentabilidad de la inversión.
Monona afirma que es posible establecer unas rentas muy por debajo del precio de mercado (en Holanda, su mercado natal, ofrece viviendas por rentas de hasta 290 euros), lo que permite cubrir los costes de los servicios de ‘coliving’ y ‘coworking’ implantados en el edificio, e impedir su desgaste por estar vacío. Sin embargo, la solución que ofrece es de carácter temporal, entendiendo como tal un plazo de hasta 10 años.
No obstante, Fernández señala que “los plazos de los contratos son flexibles, ya que dependen de las necesidades de cada cliente. Se podrían valorar plazos más cortos, por ejemplo, de cinco años, así como otros más largos”.
La responsable de negocio de Monoma también detalla que la estrategia de la compañía en 2022 pasa por “darnos a conocer entre los principales ‘players’ inmobiliarios, aunque reconoce que España está llamado a ser uno de los grandes mercados de la cartera de su matriz Mosaic World, formada actualmente por 8.500 activos.
“Si tenemos en cuenta el número de inmuebles vacíos que hay en España y la gran demanda de vivienda asequible que existe, el potencial de crecimiento es impresionante en muchas ciudades, y no solo en las grandes”, sostiene Sole Fernández. Insiste en que la reconversión de los edificios “quita un dolor de cabeza al propietario, porque evita el deterioro del inmueble y el coste de tenerlo sin uso”, y además permite “ofrecer espacios temporales a un público muy amplio: nómadas digitales, estudiantes, profesionales desplazados, emprendedores, trabajadores temporales, recién licenciados, personas divorciadas…”, que necesitan vivir o trabajar a un precio asequible.
“Este modelo promueve el desarrollo de la comunidad entre los propios residentes y fomenta la creatividad en aquellos espacios relacionados con el trabajo”, destaca Monoma, que concluye que “una vivienda o un lugar de trabajo es mucho más que un número concreto de metros cuadrados. Es un lugar donde se vive, se trabaja y se comparten experiencias”
Noticia publicada en el diario digital " El Idealista", el día 17 de Mayo de 2022